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Viajero

Capítulo 1

Todo sucedió muy rápido, un segundo estaba entrando al edificio, mi equipo había despejado cada piso y al otro escuche el sonido de mi piel desgarrándose. Ni siquiera creía que fuera posible escuchar eso, pero juro que lo hice. Lo próximo que sé es que estoy volando encima de los paramédicos, viéndome a mí mismo en una camilla, ellos ponen sus manos en mi pecho tratando de parar la sangre que salía sin control. No sé qué está pasando, la verdad, no sé. ¿Cómo demonios sucedió esto? ¿Estoy muerto?

…………..

Otro ocupado día en el trabajo, para todos menos para mi hermano William, soy simplemente otro trabajador del gobierno, pero en realidad me ocupo de mucho más que solo eso, tengo que asegurarme de que las almas cruzan a los otros reinos. Desde que cumplí quince años descubrí mis poderes, mi mamá me dijo que era liberador de almas y que mi abuelo tenía los mismos poderes.

Fue todo un reto al principio y los odié, cuando no podía controlar mis poderes y me veía atrapado con una persona por demasiado tiempo, hasta que la presión era demasiada y en una explosión de furia mis poderes funcionaban al fin. Pero ahora, las puedo enviar su destino rápidamente, liberándolos como dice mi madre. Realmente no sé qué suceda después, pero si mami tiene razón cada alma recibe la justicia que merecen. Existen varios reinos o destinos y cada alma va al que le corresponde según las acciones mientras tuvo cuerpo “terrenal” y eso es todo lo que necesito saber. Solo espero poder ir a un buen reino cuando muera, incluso si he tenido que hacer cosas terribles, todas fueron hechas pensando en el bien mayor.

………………..

—¡WILLIAM! ¡AYUDA!— No puede verme, no me escucha. Lo veo gritándole a los paramédicos y me acerco, tiene los ojos rojos, lágrimas amenazando con escapar. No sé si debería sentirme tan bien, mi compañero, desde que entramos a la academia, quien siempre se comporta seco y desinteresado, realmente le importo. Le escucho decir que se van a arrepentir si me dejan morir. Así que no estoy muerto… Escucho una máquina sonar en la distancia y cuando miro otra vez veo el electrocardiograma, las líneas en la máquina deja de registrar pulso y los paramédicos sacan el desfibrilador.

—¡DESPEJADO!—

De alguna manera puedo sentir el frío en mi pecho y una corriente en todo mi cuerpo que me impulsa hacia atrás, ahora puedo ver la ambulancia en la distancia. Estoy flotando lejos. Eso es todo, es así como muero.**

Capítulo 2

Sigo flotando, puedo sentir las nubes rodeandome. Son frías y no mullidas como solía pensar cuando era un niño. Aun puedo escuchar a los paramédicos gritar —¡DESPEJADO!— y otra ola de corriente recorre todo mi cuerpo. Esta vez dejo de flotar y comienzo a caer, rápido. De alguna manera me siento emocionado. Algo muy parecido a la adrenalina recorre mi casi cuerpo mientras me muevo más rápido que nunca. Comienzo a gritar cuando veo que me estoy acercando al agua. Puedo ver la ciudad en la distancia justo antes de chocar contra el agua y comenzar a hundirme lentamente. Estoy hundiendome en el agua fría, suavemente, pero no siento que me ahogo. Puedo escuchar la voz de William en la distancia y abro los ojos, es como si la voz me llamara.

—¡HUNTER! ¡HUNTER! ¡Despierta!—

Sigo en la ambulancia, William está a mi lado con los paramédicos. Mientras el sigue gritándole a los pobres chicos que solo intentan hacer bien su trabajo se me ocurre una grandiosa idea y me acerco a mi cuerpo. Me acuesto encima de mí mismo, (Si lo sé, es extraño) cerrando los ojos con fuerza, espero unos minutos, pero no me siento diferente, levanto una mano pero es mi cuerpo etéreo el que se mueve. MALDITA SEA.

¿Que deberia hacer? ¿Que sigue? Voy a morir en ésta ambulancia. Estoy seguro de esto, o quizás ya estoy muerto, es lo más obvio porque ¿como demonios mi espíritu salió de mi cuerpo si no estoy muerto? Comienzo a pensar en todas esas veces en que me rei de las personas que hablaban sobre la vida después de la muerte. ¿Que sigue? ¿Se supone que voy a vagar eternamente? No es como que tengo asuntos pendientes, mi vida fue realmente aburrida… A no ser que todos esos casos sin resolver sean los que me mantienen aquí. Pienso en mi fría oficina y la pila de casos que tengo en el escritorio y de momento aparezco en la puerta de la estación, mi cuerpo flotando rápidamente mientras paso por entremedio de todos hasta llegar a la oficina. Pongo los ojos en blanco al ver el desastre que dejé atrás ésta mañana, paso la mano por encima de los archivos y puedo sentirlos, así que trato de tomar uno, pero es imposible. Si todos estos casos son mi asunto pendiente, mejor me hago la idea de no ir nunca al cielo… o al infierno... ¿De veras iría al infierno? Fui un buen esposo… aunque me alejé un poco al final… pero bueno, el trabajo fue importante, ayudar a las personas ES importante aún. Mientras pienso en lo que Victoria pensaría acerca de esto, como reaccionaria, siento como si algo o alguien me jalara por las entrañas. Vuelvo a volar, por encima de la ciudad ésta vez, hasta que de repente mi espalda golpea fuertemente una pared de mi vieja cocina, a mi lado, la pintura en la pared se mueve un poco. Puedo ver a Victoria cocinando, no la veo en la cocina, cocinando felizmente desde...bueno… años. Camino hacia ella y pongo mi mano al lado de la de ella, mientras corta unos vegetales, estoy presionado contra su espalda suavemente, ella no se da cuenta.

—Necesito ayuda.—

—¡MALDITA SEA!—

Le grité, sin poder contener golpear mi puño encima del mostrador. Nunca me escuchó mientras estuve vivo, ¿Por qué habría de escucharme ahora?

Se da la vuelta y me mira directamente, sonriendo.

—Cocine tu platillo favorito.—

Cuando le iba a responder, impresionado alguien detrás de mí rió.

—Gracias amor, siempre tan cariñosa y atenta.—

Pongo los ojos en blanco y sigo caminando hacia la sala, todas nuestras viejas fotos han sido reemplazadas por nuevas de ellos dos, siento que deberia dolerme, pero no. Me doy la vuelta y se están besando.

—Espero que él sí arregle el fregadero, yo nunca llegué a hacerlo.—

Ni siquiera se porque sigo hablándole, es inútil.

Capítulo 3

Continúo dando vueltas por la casa, todo ha cambiado tanto. Supongo que Victoria es feliz, por la manera en que se comporta alrededor de él. Es justo como solía ser cuando me enamore de ella todos esos años atrás. Supongo que está mucho mejor sabiendo que su trabajo no es peligroso, que no la mantiene a raya, está mejor viéndolo en casa a una hora decente, sin preguntarse si está o no muerto. Siempre le aseguré que todo estaría bien… Bueno, no le importo ya, no creo que mi muerte le afecte tanto.

Debí haber salido más, encontrar a alguien a quien amar y tratar bien, como nunca hice con ella. Mientras pienso en las posibilidades, siento un pequeño jalón en mi pecho, como si mi corazón diera un vuelco.Bueno, no tengo corazón, estoy muerto, así que... Sin toda la brusquedad de mis viajes anteriores me encuentro repentinamente en una muy conocida oficina. Hay una luz tenue y no puedo ver claramente, pero reconocería esta oficina donde fuera, he estado aquí incontables veces. Miro alrededor, y la única luz del cuarto es aquella que viene del fuego del hogar, hay un hombre sentado en una silla con alguna clase de licor en su mano. ¡Por Dios! Lo que daría por un poco de whiskey ahora mismo, un buen whiskey, ese que se muy bien que hay en el gabinete en esta oficina.

Me dirigí hacia el escritorio y veo un archivo abierto. Río internamente y me acercó para echarle una mejor ojeada, hay unas cuantas fotos tomadas de cámaras de seguridad, otras claramente tomadas desde una posición oculta. Hay algunas palabras tachadas. Me da risa saber que este archivo está en un nivel mucho más alto del que yo tengo como detective pero ya que… ya sabes, ESTOY muerto, no importa ya ¿cierto?. Me acerco para leer mejor, aunque no entiendo ni la mitad de lo que significan. Se siente bien, simplemente saber que el poderoso hombre en aquella silla nunca va a saber que lo he leído y aparentemente él lo sabe todo.

Recordé que la pintura en la cocina se movió cuando choqué contra la pared y trato de pasar la pagina, pero me es imposible. Sigo intentando, porque ESTOY muerto, así que no importa si pierdo el tiempo eternamente. ¡FINALMENTE! Y para mi sorpresa consigo pasar la pagina y doy un brinco de triunfo.

— ¡SI! ¡AL FIN CARAJO!—

La silla que estaba frente al fuego cae al piso cuando el hombre sentado en ella se para repentinamente y me mira directamente.

—Detective Hunter, no pensé que hubiera TANTA confianza entre nosotros como para que usted entre a mi oficina sin ser anunciado y mire mis archivos.—

Yo simplemente me quedo allí parado porque POR TODOS LOS CIELOS me puede ver. ¿acaso estoy alucinando?

—¿Y bien? Asumo que debe haber alguna explicación al respecto, ¿cierto? Nunca pensé que usted se comportaría de esta manera.

Mark Scott camina hacia donde mi y me quita el archivo del frente, fulminándome con la mirada.

—¿Y?—

—Yo… no quise…quiero decir...yo estaba allá y luego estaba aquí y yo...— estoy tartamudeando, pero no estoy seguro que decir o qué hacer, deseando desaparecer como antes.

—Eso no hace ningún sentido, Detective.—

—Ya sé, mira… creo que podría estar muerto.—

—¿Muerto? Eso es un disparate, estás aquí.—

Camino hacia donde él, cruzando el escritorio sin mover ni una sola hoja y en vez de actuar horrorizado como pensé, Mark simplemente asintió y se sentó en la silla detrás del escritorio, adoptando una pose pensativa, dedos juntos bajo la barbilla.

—Ya veo...—

—¡OH POR DIOS! ¿EN SERIO? ¿No estás asustado o una mierda así?—

—¿Por qué habría de estar asustado? Estás muerto.—

No tuve otra opción más que asentir, dejando una risotada escapar de mi boca. Es cierto, no puedo dañarlo de ninguna manera.

—Bueno Detective, hora de irse.—

—¿Ir a dónde?—

—Al próximo reino, obviamente.—

Mientras hablaba comenzó a hacer alguna mierda extraña con sus manos. Chispas comenzaron a salir de sus dedos y de momento una extraña bola de luz salió de la palma de su mano, haciendo un círculo alrededor mío antes de expandirse a mi lado. Fue la cosa más surrealista que había visto en mi vida y tuve un dia bastante raro. La bola cambió, ahora era color oro claro y no era una bola, más bien como… no puedo explicarlo, era simplemente un espacio de precioso oro claro y sonaba como las chispas ardientes de una fogata.

—Debes irte.—

—¿Que hay allí?—

—El próximo reino.—

—Si, ya dijiste eso, pero ¿que hay allí?

—No tengo posibilidad de saber, solo los muertos cruzan.—

—Pero, qué tal si...— trago una gran bocanada de aire (si ya se, no tengo cuerpo)

—¿Que tal si voy al infierno?—

—No existe el infierno o el cielo, Detective, las personas van a los reinos. Mi madre dice que es como otra vida, pero a cada persona le toca uno diferente dependiendo de la vida que llevó; usted es un gran hombre, uno bueno, estoy seguro que estará bien.—

Asiento y camino hacia la cosa brillosa, deseando entrar a un buen reino como dijo Mark, después de todo es mejor que seguir vagando aquí para siempre. Pero primero me doy la vuelta y camino hacia el mayor de los Scott.

—Espera un minuto, ¿que carajos? ¿QUE? Quiero decir… tú hiciste esto.— le señalo hacia la cosa brillosa.

Me mira como si me hubiera crecido una segunda cabeza.

—Evidentemente.—

—¿Como? O sea…¿William? Yo… ¿tú hiciste eso?—

—Claro, William sabe, más o menos. Debe irse, Detective.—

—Claro, claro.—

Me acerco nuevamente y siento una calidez a mi alrededor, sigo mi camino y cierro los ojos. Bueno, eso es todo.

Capítulo 4

—¡Gregory no!—

Fue lo último que escuché antes de que todo se volviera oscuro. Mi corazón palpitaba rápidamente, aunque estoy muerto. Entonces, desperté en mi apartamento, en mis boxers, en el piso de la sala, con un dolor de cabeza tremendo, como una resaca. Alguien tocó a la puerta, me levanté vacilante y la abrí sin ningún problema, otra vez podía tocar las cosas como antes. Mirándome en la puerta estaba una chica, pelo castaño, piel blanca, principios de los veinte.

—Bienvenido, Detective Inspector, hemos estado esperando por alguien con su experiencia.—

—¿Qu..huh? ¿Esperando?

—Si, esperaré aquí mientras se cambia.—

Sin más, la chica procede a entrar a mi cocina a hacer café, me vestí rápidamente, un poco confundido pero más despierto, el olor del café era exquisito y quizás ayudó a espabilarme un poco. Regrese a la cocina donde había un desayuno completo preparado, no sé cómo lo hizo tan rápido, pero no me voy a quejar, repentinamente estaba hambriento.

—¿Quien eres?— le dije, con la boca llena, mi madre estaría enojada si me viera.

—Por supuesto, que grosero de mi parte. Soy Sarah Elizabeth Jane Williams, soy tu consejera de la nueva vida por la próximas semanas. Puede ser un poco extraño los primeros días, pero estarás impresionado de lo rápido que te vas a integrar a tu nueva vida. Y tu, Detective, tendrás menos problemas que los demás porque ya tienes trabajo, Scotland Yard te espera.

—Espera, ¿quieres decir que así es la vida después de la muerte? ¿Debo seguir trabajando? ¿No es solo, crecer una aureola y ser feliz? …¿qué es esto? ¿El infierno?—

Sarah frunció el ceño y soltó una risilla.

—Bromeas…¿cierto? No hay tal cosa como infierno o cielo, solo nuevos reinos. Dejas tu cuerpo terrenal y vienes aquí, es urm.. La nueva Tierra, si así quieres llamarla.—

—¿Y si muero aquí?—

—Serás informado de todos los detalles en tu primera reunión, come tu desayuno, te veré en la entrada trasera de Scotland Yard.—

Giró y abrió la puerta, girando otra vez repentinamente.

—Es 4 Whitehall Place, Inspector. Algunas cosas no han cambiado aquí aún.—

Asentí, sacudiendo la cabeza una vez Sarah cerró la puerta. ¿Cuando mi vida se convirtió en una estúpida historia de ficción? Ah si, la bala. Riendo por lo bajo de lo fácil que procesé mi muerte, termino de comer, dirigiéndome a la estación de tren pero cuando salí a la calle todo era diferente, era… nuevo. Confundido camino hacia la estación de tren, solo para darme cuenta que no hay ninguna. Así que tomé un taxi, los autos son modelos viejos, pero lucen como nuevos.

Al fin llego a 4 Whitehall Place, sonreíal gran edificio blanco, es hermoso. Me dirigí a la entrada trasera donde mi “consejera de la nueva vida” me espera.

—Bienvenido de vuelta, Detective.—

—Por favor, solo Greg… o Hunter.—

—Muy bien, Greg Hunter.— dijo, asintiendo levemente mientras hacia una anotacion en una pequeña libreta.

—Urm… espera…¿Que año es?—

— Aquí no acatamos las reglas de tiempo como lo hacen en tu Tierra, pero si lo hiciéramos seria… 1945.—

—El final de la guerra...—

— No tenemos guerras, Greg.— Me contestó con una sonrisa de medio lado. Miré a mi alrededor, así que así es cómo se vería la ciudad en 1945, es tan diferente pero aun así se siente como en casa. Si este seria mi nuevo hogar y no había guerras, quizás no habría crimen real tampoco, me parece un maravilloso lugar.

Capítulo 5

Tan pronto Gregory se fue, supe que algo andaba mal. Mis poderes… no reaccionaron de la manera en que deberían, me sentí extraño. Pero él entró a la luz y no pude hacer nada, nunca nadie ha podido regresar de otros reinos. Me sentí mareado, como si esa simple tarea hubiera drenado toda mi energía. Mis manos temblaban y tuve que sentarme y allí me quede por lo que parecieron horas. Tomé el teléfono y llamé a William.

—¿Que?—

—Hola, querido hermano, es un placer escuchar tu dulce voz.— traté de sonar lo más normal posible, sabía que William notaría que mi voz temblaba un poco.

—¿Que sucede, Mark?

—No sucede nada, todo está bien.—

—Tu tono de voz indica lo contrario.—

Tuve que poner a un lado nuestras diferencias,no era información nueva que nuestra relación era algo diferente, decirle lo que acababa de pasar con su compañero, su pareja en la fuerza por tanto años no sería fácil, tenía que hablar sin tapujos, no podía decirlo de otra manera.

—William, es el Detective Hunter, yo… se ha ido.—

—¿De que estas hablando, hermano?— escupió las palabras, con desprecio. Respire hondo y me preparé para lo siguiente, no debería estar haciendo esto por teléfono pero no me puedo mover, mi cuerpo no me lo permite.

—Está muerto, William, yo… lo siento.—

—¡No está muerto! ¡Lo estoy mirando ahora mismo!—

—¿A que te refieres?—

La linea se quedo en silencio y me di cuenta que había terminado la llamada. Llamé a Andrea, mi asistente para que me consiguiera los detalles de lo ocurrido y ahora estoy parado aquí, en el hospital, mirando el cuerpo de Gregory en una cama. No está muerto, realmente. Pero sé con certeza que su esencia, su alma ya no está en su cuerpo. Cruzó y ya. Lo maté, lo maté porque no me informé antes de enviarlo. Soy un tonto.

—¿Qué haces aquí? Apenas lo conoces—

—Nosotros… lo conocí lo suficiente, William.—

—Los doctores le sacaron la bala, debería despertar en unas horas.—

—No va a despertar.—

Mi hermano me mira con una expresión exasperada.

—Cruzó. Lo siento.—

—¿Que? ¿Cuando? ¿Por que? ¿Que hiciste?—

—Vino a donde mi, hablamos, lo ayudé a cruzar. Se ha ido William... lo siento.—

—¡No, no no! No me puedes haber hecho eso, ¡a él! ¿POR QUÉ?—

**El próximo cápitulo de esta historia estará disponible el próximo mes, siempre por Cinema Dilema**

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